#23 El espíritu del deporte: el atletismo en la vida cristiana

By Daniel Gillespie

Introducción: Pre-juego

Nunca lo olvidaré. Fue casi el final de un día extraordinario. Un día que comenzó con un grupo de muchachos disfrutando de un partido de béisbol de los Dodgers de Los Ángeles. Una hermosa tarde en el sur de California, con perros de los Dodgers y el pasatiempo de Estados Unidos, para luego continuar con entradas gratis para un combate de boxeo de peso pesado a la vuelta de la esquina en el Staples Center. Lennox Lewis se enfrentaría a Wladamir Klitscko. Allí estábamos, después de seis o siete asaltos de pelea, gritando, vitoreando y boxeando en el aire como si estuviéramos ayudando a estos hombres enormes a dar golpe tras golpe, cuando con el rabillo del ojo veo a una señora de ochenta años, vestida a la perfección y con el pelo a juego, golpeando y gritando tan apasionadamente como el resto de nosotros. Eso es el deporte. Atrapa a casi todo el mundo. Llena estadios e inunda los servicios de streaming a tal nivel que los atletas son algunas de las personas más celebradas y mejor remuneradas de nuestra sociedad.

Pero no son sólo los profesionales los que atraen tanta atención y tanto celo. Vaya al parque de las ligas menores y observe cómo individuos por lo demás cuerdos pierden la voz por el error de cuatro bases del pequeño Johnny, al que nos gusta llamar homerun. No se puede negar. Los deportes tienen un dominio sobre nuestro mundo, y no van a ceder en un futuro próximo. Desde el T-ball hasta el pickleball, los deportes están por todas partes en nuestra cultura. Los jugamos, los vemos y discutimos con nuestros amigos sobre ellos. Es tentador considerarlo un fenómeno moderno, pero no es nada nuevo. El atletismo ha sido una parte importante de la vida y la cultura desde el siglo VIII a. C. con los Juegos Olímpicos o Panhelénicos. Los atletas exitosos han sido venerados y recompensados en las culturas durante milenios, y la idea de la competencia impregna cada tribu, lengua y nación.

Pero ¿cómo debe pensar el seguidor de Cristo sobre el deporte? Si el atletismo está en todas partes y si debemos hacerlo todo para la gloria de Dios, ¿cómo debemos considerar el deporte?

Como nos exhorta el apóstol Pablo, no debemos simplemente seguir al mundo porque algo es permisible. El seguidor de Cristo debe evaluar todos y cada uno de los aspectos de la vida y esforzarse por establecer una vida que sea lo más agradable al Rey. Con esto en mente y la eternidad en juego, ¿dónde encajan los deportes? ¿Son una distracción innecesaria, un don divino o, como la mayor parte de la vida, una oportunidad para adorar bien o para adorar mal?

Esta guía de campo examinará varios de los beneficios y algunos de los peligros de los deportes en la vida de un seguidor de Cristo. La guía se divide en ofensiva (beneficios), defensa (peligros) y equipos especiales (discusiones sobre el béisbol de viajes, becas universitarias, softbol de la iglesia, etc.). Dado que los deportes son una parte tan importante de nuestra cultura, vale la pena analizarlos seriamente.

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#23 El espíritu del deporte: el atletismo en la vida cristiana

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